miércoles, 25 de abril de 2007

Disparad las atómicas (another Lynch)

Un día te levantas con el sol brillando en lo alto y ya no queda nada más alrededor pero al día siguiente llueve y la hierba crece por doquier a una velocidad casi infinita. No lo pienses es sólo la evolución. Cuando el calor te rompe se levanta una marea de indecisión: jodiendo sin condón entre el sudor y la ausencia de sábanas – el contacto con el colchón se te queda atrapado en las caderas que se sonrojan e irritan - en un verano tan profundo como inerte y al día siguiente estás en un hospital con cara de simio. La gente se muere de repente o en agonías lentas y estúpidas. Las guitarras suenan como las cornetas de yaveh en aquella historia mítica ¿Después de aquello que hacemos? ¿Nos convertimos en estrellas? Putas esferas de gas en combustión. Hacemos y decimos también nos deshacemos y desdecimos. No es nada más que evolución. Un día está esa persona y al siguiente no, para que todo lo que crezca a tu lado, desde tu cintura al infinito, sean sólo palabras estúpidas. Las conocemos: No te preocupes, ya saldrá. Es cuestión de tiempo. Seréis amigos. Era ya muy mayor. Te veo muy bien. No se puede hacer nada. Lo siento. Espera y verás. Tienes que tener paciencia. Céntrate en ti. No te preocupes. Si necesitas algo llámame. Ya te llamo yo. No te preocupes. Busca tu propia felicidad. Comprendo como te sientes. A todos nos ha pasado lo mismo...¿Conocéis todas estas palabras? Si, seguro. Ya no tengo tiempo, el metal se me abre paso entre la piel, siguiendo las autopistas de las arterias carótida, femoral y todas las demás que no sé nombrar. No tengo paciencia porque el pelo se me queda en la almohada y tengo miedo de que algún día allí quede algún miembro postrado: un pie, una mano o el corazón. Olvidaros de vuestras estúpidas palabras sabias porque no me sirven a mí, no son de mi talla. Me encarceláis con amigo y con perdón y con múltiples cerraduras tan duras que van más allá de la escala metálica habitual. A nadie se le ocurre un ¿Follamos? o un ¡Corramos hasta el fin de la ciudad!

En la barriada que habita mi cabeza se abren brechas enormes, canales de agua y lodo, entre las palabras y los hechos. Hay cables eléctricos chisporroteando a un lado y otro de los canales, también por encima. Monos funámbulos ardiendo que no paran de espantar las moscas con risas. Todas las risas suenan como los saxofones y nadie sabe tocar el saxofón.

¿Qué estamos haciendo? No se nos ocurre nada mejor que todo esto; Imaginar los aviones más rápidos del mundo sobrevolándonos a kilómetros de altura y sus vejigas repletas de bombas, de toneladas de metal a punto de estallar y de hacer que todo el mundo entre en ebullición. La bombas no funcionan como en las películas, no por lo menos las atómicas, al principio no hay explosiones ni luces de color sino sólo un anchísimo límite en el que todo bulle. Imaginaros que la tierra en diez, quince o cincuenta kilómetros se evapora contigo y con tu coche y con la playstation del vecino de forma instantánea. Todo convertido en gas a una temperatura tan alta que es inimaginable. Es una perturbación de la densidad y la temperatura que produce a más distancia ondas de calor abrasador decreciendo exponencialmente, el aire se vuelve irrespirable y luego el ruido y la luz que se rompen en cien mil astillas. La radiación no importa si uno se ha vuelto gaseoso. Aire limpio y cálido como en un día de playa cuando llevas mucho tiempo tumbado y ya te has bañado varias veces y la mujer que yace en tu regazo aparta por un instante la vista del libro, te mira...sonríe plenamente. Bikinis y atmósferas opresivas alrededor de la celebración orgiástica del hombre disuelto en la arena y en el agua salada. Luego guardas las fotos que algún día se volverán color sepia y se rajarán...y si sólo las tienes en formato digital seguramente se pierdan con algún dvd que le dejas al vecino con la película de moda. En ese instante la playa desaparece y todas esas miradas se pierden en el recuerdo. Las palabras se pudrirán. Te quedarán sólo las atómicas con el aire cálido de futuras mujeres y playas.

martes, 24 de abril de 2007

Discos para el cambio de estación (Vivan las alergias)

Hoy no tenía muy claro que hacer así que os dejo una lista de los discos que más estoy escuchando ahora mismo, con las portaditas...la mar de monas ellas ¿Se nota que me aburro mucho? (Es lo que tiene no tener que ir al trabajo)


Meat Puppets – Meat Puppets II

Van estos tipejos y no sólo se encargan de inventar un nuevo estilo (Una mezcla de Punk y Country!!!!), componer un disco redondo del que se nutre en tres canciones el multiplatino MTV unpluged de los que ya te sabes - sí ese rubito tan estupendo - sino que además la guitarra suena como si Dios bajase a hablar contigo. Sin ser unos grandes instrumentistas el acople entre las dos guitarras es tan original que dan ganas de llorar. Dato extra: Ficharon por SST...cuna de gran parte del hardcore norteamericano. Wellcome to freakland.

Shellac – 1000 Hurts

Si no estoy mal informado el último disco de estudio de la banda de Steve Albini. El tipo efectivo como siempre. Oír la primera canción con ese sonido de batería que ahuyentaría a un rinoceronte en celo y la guitarra que se empasta en cada nota sobre ella misma. Voz un poco más audible de lo normal – o eso creo yo. Bravo por el chavalote que sigue en la brecha después de tanto tiempo. Datos extra: En la primera canción repite la palabra fuckin' unas 18 veces. Ojo a New Number Order (En la canción inventan un nuevo orden para los números...desquiciante; he dejado la letra al final)

Dr. Hook – Dr. Hook

Un disco de rock muy simple a la par que resultón. Buenos tiempos lentos y un par de blues pantanosos estupendos. En realidad no sé por qué me gustan tanto. Setenteros, suenan bien y poco más. Dato extra: El tío lleva un parche!!! (Joder, no será eso lo que me gusta...el morbo de lo imperfecto)


The Jesus Lizard – Goat

Desorden. Oleadas de desorden avanzando como un maremoto a través de tus órganos auditivos. Chirridos y elementos metálicos al rojo que se elevan y se revuelven para caer sobre tu cabeza. Oíd la guitarra. Oíd la voz. Estos chicos estaban haciendo algo malo con su vida ya que consiguen representar con perfección abrumadora sentimientos difícilmente obtenibles a través de la música: miedo, dolor y angustia.


The Gun Club – Fire Of Love

Puede que sólo una banda de segunda oleada punk. Pero jodidamente buena. Además tienen un sonido ligeramente peligroso y pantanoso. Murmullos cercanos a la américa profunda de la matanza de texas. Tipos endogámicos y enfermos que se comen gente por el placer de hacerlo. El disco hace que te sientas vivo. Eso ya es mucho. Dato extra: hay unos videos en youtube de la banda en su primera época que no están nada mal (el cantante no tiene desperdicio)


Acid Mother's Temple – La Nòvia

La revelación de la temporada. Grupo japonés con un guitarrista desvariado por los ácidos y que dejaría a la mitad de los tipos que dicen que saben tocar como meros anormales. Una japonesa enana - y muy atractiva - tocando la batería como si fuese un elemento de relojería y un colectivo de otras diez personas más que saben tocar hasta la olla a presión. La mayor parte de sus discos (y han debido editar unos 20 desde 1997) son demasiado densos – debería decir perfectamente densos -, sección rítmica alucinante y mil tipos haciendo sonidos extraños por encima - están enamorados del patentado sonido nave espacial despegando -, sin tener en cuenta fraseos independientes de guitarra y sección de viento y etc... En este disco se superan. El comienzo es una delicada melodía folk (no sé si más europea que oriental o más oriental que europea) que a base de acoples se va convirtiendo en una jam alucinante conducida por la primera guitarra – simple y abrasadoramente efectiva –. Vivir para escuchar cosas así merece la pena.



Ok
Here's what we're going to do
We all know the numbers right?
From zero to infinity
Whatever
Some other number with a mess of zeros behind it
Here's what we're going to do
We're gonna change the order
of these numbers
to make things interesting

1 Million and 1
Sixty-six
1 Billion, twenty-five, seventy-five thousand
1 Billion and eight, six, something
Zero
1 Million 1
Twenty-two
Seventy-five
Eleven
Eleven

Ok this is the new order

P.D: Se me olvidó el Pink de Boris pero a ese le puedo dedicar un especial otro día que me aburra.

lunes, 23 de abril de 2007

Ilusiones y falta de sueño

Desde hace un tiempo no duermo del todo bien. Algo se me oculta o más bien hay algo entre la realidad y yo y que no me deja tranquilo. La irritante sensación de la desgracia o la traición. Como si yo fuese el padre de Hamlet y ya estuviese lívido, hubiera pasado un mes desde mi asesinato y con un gusano dentro del cráneo me recorriese, sin previo aviso, un hálito por toda la columna que me indicaría: “Te han jodido, alguien te ha jodido”. Nace de alguna idea sencilla como que un amigo no me ha contado no se qué y la cosa se extiende más allá del pecho para convertirse en puro monstruo. Pienso que a lo mejor la traición no viene por parte de seres como yo sino que es el mismo Dios quien se está partiendo la caja a más no poder. Puede que sea el propio concepto de vida o de literatura. Que sea Cupido el que se revuelque por el barro y rechine los dientes unos contra otros al no poder aguantar más la carcajada. Creo que todos los días son el día de los Santos Inocentes y que llevo algo muy jodido a la espalda que no llegaría a ver ni con el espejo retrovisor de un Pontiac nuevo y flamante ¿Me estaré volviendo majareta?


Esto me lleva a que desde hace tiempo – no es cómico que sea el mismo de antes...las mismas horas, días y semanas exáctamente - justo antes de dormir pienso en que se me olvida algo. Que me dejé algo por hacer y que no sé que es. Así que me levanto y meto la mano por debajo de la cama todo lo que puedo – que no es mucho – palmeo a izquierda a derecha y rezo. Ya erguido me osculto los genitales, entre las nalgas, miro en las axilas y entre el pelo. En el baño miro en el espejo mi espalda tatuada y el vacío comprendido entre los dientes. Pero lo único que encuentro es roña, restos de semen, sudor, lágrimas y polvo. En definitiva todo esto que da tanto asco y que nos rodea continuamente. Busco con impaciencia porque tengo pocas cosas y si algo se me ha olvidado debe estar incrustado en este armazón de huesos y tendones, etc. Busco explicaciones estúpidas a eso que me falta ya en la cama extendido y caliente; dependiendo del día puede que piense en la medicación que tomo a escondidas o en aquella relación pasada, en los días felices e infelices. Algo tendrá que ser ¿Si no es culpabilidad ni es amor ni es odio ni es nada, qué cojones es? No tengo respuestas. Si a vosotros os ocurre algo parecido ni llaméis ni escribáis buscando respuestas. No sé qué es. Todas las noches me duermo – os imaginaréis que intranquilo - con la duda de qué es lo que me falta ¡Puedo ser tan estúpido que lo que me falta es la falta de algo! Seguro que sí ¿Algún día faltará la falta de ese algo que falta? La vida es muy compleja y yo estoy ya harto de buscar por todos los lados de mi cuerpo a ver si es que me olvidé la poya o un dedo. A lo mejor me corto algo...como en la famosa cita de aquel santo...creo que era San Pablo. Ya sabéis: Si algo te ofende, córtatelo. [¡Qué grande eras, Nietzsche!]


P.D: Mirad las fotos de mi amigo que necesita tratamiento...allá un poco más a la derecha y arriba en la pantalla...en estos momentos lo que hay colgado es puro humor [vítreo]

viernes, 20 de abril de 2007

Verrà la morte e avrà i tuoi occhi

Hace años que estoy enamorado. No de una mujer o de un hombre sino de un libro. El libro se llama Diálogos con Leucó y el tipo que lo escribió respondía al nombre de Cesare Pavese. Lo curioso del asunto es que he leído bastante de lo escrito por aquel personaje y nada me ha llamado tanto la atención como este título en concreto. Unión casi perfecta entre una emotividad dura y alejada y una temática clásica. No hay argumento, el tipo deja correr una veintena de historias míticas con una relectura moderna, o cuasimoderna, acercando la edad oscura griega a nuestros más irreconocibles miedos. Para mí una de las mejores cosas que ha parido ser humano.
Antes de ayer empecé una de sus obras de nuevo. En este caso unos diarios que recorren gran parte de su vida titulados El oficio de vivir. Para disfrute vuestro, si lo disfrutáis bien y si no pues nada, aquí os dejo algunas de la perlas que el tipo esparció en sus diarios que hay que reconocerlo no tienen desperdicio.

Cuando una mujer huele a esperma y no es el mío, no me gusta.

No, no son locos esa gente que se divierte, que disfruta, que viaja, que jode, que combate – no son locos, y eso es tan cierto que quisiéramos hacerlo también nosotros.

Los grandes poetas son tan raros como los grandes amantes. No bastan las veleidades, las furias y los sueños; se necesita algo más: cojones duros. Que se llaman también mirada olímpica.

La compensación de haber sufrido tanto es que después morimos como perros.

Es increíble que la mujer adorada venga a decirnos que sus días son vacíos y angustiados, pero que no quiera saber nada de nosotros.

¿No está ya claro todo su destino en un niño de tres años que, mientras lo visten, piensa inquieto en cómo se las arreglará para vestirse de mayor, él, que no sabe?

Y sobre todo, recuérdese que hacer poesías es como hacer el amor: nunca se sabrá si la propia alegría es compartida.

Una mujer que no sea estúpida encuentra, más pronto o más tarde, un desecho humano y trata de salvarlo. A veces lo consigue. Pero una mujer que no sea estúpida encuentra, más pronto o más tarde, un hombre sano y lo reduce a un desecho. Eso siempre lo consigue.

Se deja de ser joven cuando se comprende que decir un dolor no altera la situación.

La razón por la cual las mujeres han sido siempre “amargas como la muerte”, sentinas de vicios, pérfidas, Dalilas, etc...es en el fondo sólo esta: el hombre eyacula siempre – si no es un eunuco – con cualquier mujer, mientras que ellas alcanzan raramente el placer liberador y no con todos y a menudo no con el adorado – precisamente porque es el adorado – y si lo alcanzan una vez ya no sueñan con otra cosa. Por el afán – legítimo – de ese placer están dispuestas a alcanzar cualquier iniquidad. Están obligadas a cometerla. Es la tragedia fundamental de la vida, y al hombre que eyacula demasiado rápidamente más le valiera no haber nacido. Es un defecto por el que vale la pena matarse.

Entre las señales que me advierten de que se acabó la juventud, la suprema es darme cuenta de que la literatura no me interesa ya de veras.

El pecado no es una acción en vez de otra, sino toda una existencia mal trabada.

Quien revela a una mujer el ser potencial de ella, será el primer cornudo. Es matemático. Eso es matemático.

Estamos hasta los cojones del amor.

¡Fuera la estética, fuera las poses, fuera el genio, fuera todas las mentiras!, ¿He hecho en la vida algo que no sea el gilipollas?

jueves, 19 de abril de 2007

Experimentos mentales

1.- En un día de claro - con gafas oscuras - mira al cielo, centrándote en el sol. Agárralo con el pulgar y el índice. El sol no quema, está frío o cálido dependiendo del ambiente. Trata de moverlo y siéntete igual de impotente que la nada. Tus músculos se agarrotan. No tienes fuerza. Crees que no tienes fuerza. Nada se mueve a tu alrededor.

2.- Elige una bombilla cualquiera, dan igual los vatios o el color. Rodéala con una tela fuerte como por ejemplo un mantel o un pantalón vaquero. Disfruta la sensación de poder pero no aprietes. Siente en tu interior que podrías presionar hasta que la bombilla se viese reducida a mil astillas diminutas de vidrio tan fino como el aire. No lo hagas. Quita el paño. Elimina la protección que has colocado entre el mundo y tus débiles manos. Siete ahora el miedo asociado al poder; ahora sólo afirma tus manos contra el vidrio que se calienta contra tu torrente sanguíneo, tus músculos y tendones. En el centro de tu cerebro, de donde parten las sensaciones primarias, los elementos cercanos al animal que llevas dentro, encontrarás miedo a dañarte al romper el cristal, al hacer añicos la bombilla. Tienes el poder y el miedo de utilizarlo.

3.- Prueba lo mismo con un huevo. A ser posible blanco aunque también valdría moreno. Esta vez rómpelo cuando estés sin tu tela protectora. Deja que la yema y la clara se escurran por tu mano hasta llegar al retrete. Chorreando te darás cuenta de que tú eres en parte huevo y en parte tú, te darás cuenta que hay algo estrictamente sexual en el acto de ser recorrido por algo que podría haber formado una vida.

4.- Más allá de tu aliento, atravesando la garganta, la laringe y la faringe. En el centro de tu pecho se encuentran dos demonios. Dos efrits mejor dicho. Uno porta en su mano una lámpara que da luz blanca y el otro porta una lámpara de negrura. Imagínenlo. Dentro del pecho de cada efrit hay otros dos efrits que portan en sus manos los mismos objetos. Eleva la operación hasta cien, hasta mil o diez mil. Un enjambre de alvéolos con sus efrits que se extienden por todo tu pecho siguiendo tus pulmones. Imagina que la certeza de lo bueno son todas las luces blancas encendidas y que la de lo estrictamente malo se representa por todas las luces negras. Es imposible que todo se ordene de esa forma. Imagina una bella representación en árbol de multitudes, hordas de luces por todos los lados; arriba y abajo. Luces blancas y negras siguiéndote esclavas de tu propio pecho. Siempre encadenada y oscilantes como las luces de los barcos en el límite del horizonte. Se ven y al instante desaparecen como engullidas por la nada.

miércoles, 18 de abril de 2007

Algo de hace tres días

¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?

El tipo del barrigón le escupe a la camarera de negro y cuero contra la barra mientras pide. Contra la barra el paquete y la oronda prolongación de su estómago a punto de explotar por la presión contra el metal y la madera y los ganchos puestos ahí a propósito para colgar los abrigos o para pinchar orondas barrigas.

¿Qué hace una chica como tú en un lugar como éste?

Dos niños, casi adolescentes del todo pero aun niños, bailan en el centro de la pista, pegados el uno al otro con el típico paso de piececillo para atrás y piececito para adelante, las mejillas en contacto del tipo tú hueles mi nuca y yo huelo la tuya mientras las bocas se abren, igualito que si no hubiera aire en el local, porque piensan que así se darán más prisa en echar las delgaditas cabezas un poco para atrás y las bocas se quedarán casi juntas, el aire de uno expulsado para que el otro se lo trague con los labios de aniñados que siempre están tan húmedos y brillantes y sucios de algún tipo de barro o de dulce caramelo anaranjado sonrosado. Así están el niño y la niña muy tranquilos con sus pies bailando sin ritmo y sus caderas estáticas, inertes ante cualquier estímulo externo. Mas siguiendo el brazo del chico, con su camisa blanca chocando en oleadas contra su piel morena y dulce, se sigue que hay una mano dentro de la falda, la mano temblorosa del que está palpando las bragas blancas o azules, estas con un bichito o animalejo dibujadas y las otras en crudo o, si se quiere decir, sin nada. Las bragas que son de cuerpo entero y no otro tipo de bragas y que tienen las costuras duras y firmes sin ningún tipo de hilo suelto. Pero sólo se sigue o si quieren que me explique mejor únicamente se intuye que ahí está la mano, detrás de la falda plisada de cuadros que nos impide ver la mano y las bragas e incluso la tenue sensación que se produce en los cuerpos ante este tipo de roces.

La luz es roja y a intervalos es blanca. La pista está vacía.

Si les parece bien ya no tenemos a la chica en un lugar como éste sino, seguramente, en otro cualquiera y sonando Happiness is a warm gun...cargada, una pistola cargada.

Al tipo barrigudo le importa una mierda la camarera pechugona, los pechos hacia fuera en un quiebro de imposible ensoñación, las caderas penetrantes como un olor reciente a incienso en la boca nada más entrar en el cuarto.

El local está vacío mientras el tipo bebe y sabe que se parece a Frank Black. Es gordo y medio calvo y bebe en baso de champaña algo que es similar a la piña colada pero con mucho más ron. Casi todo ron, por decirlo de otra forma, pero con el único componente del ron.

¿Qué tienes en los ojos, nena, o es que vas a llorar?

Las bocas se encuentran aunque las manos y los cuerpos y oquedades ya se hubieran encontrado antes. Así que, tal como dije antes, uno bebe de lo que el otro escupe y al contrario, alternándose mientras se frotan los labios rosas y la carne tan rosa o más que los labios. Esos labios de niño que son tan brillantes y vivos como los de una niña...esos que no están todavía diferenciados. Ella lleva el pelo a lo casco con un flequillo carbónico y liso. El crío tiene el pelo de fuego y unas cuantas pecas, algunas de ellas podrían ser granos, rodeándole la cara y el cuello. El pelo rojo contra un flequillo muy liso y muy limpio; el flequillo que es el orgullo de mamá tomándose en copas de regaliz el regaliz que en verdad debería comprar en barra y no en piña colada. En las caderas de ambos se rompen las diferencias y ya no sabes lo que es falda o lo que pantalón gris del que pica, las cosas parecen desparecer como por arte de magia ante esas vibraciones autopropulsadas por el espacio. Ya no hay pantalón ni falda y tampoco debe haber bragas ni calzones sino que sólo se encuentra el rayo de la carne que salta y se retuerce igual que el plástico cuando se consume en la casa de campo del chaval, justo entre los troncos ardientes de la chimenea.

Chica de ayer

Piensa en penes como piruletas. Y en piruletas sin sabor excepto de sal y de güisqui o puede que tequila ¿Qué se hace con eso? ¿Con piruletas y penes y cosas que saben a lo que no tienen que saber? Por último puedes pensar que los coños tienen dientes y que los penes agujeros...es posible pensarlo de la forma contraria: que los coños tengan huecos y los penes dientes tan afilados como la obsidiana hecha para seccionar ¿Quién sabe quien tendría razón? ¿Quién sabe quién diría que tiene razón? El chico es suave por dentro y por fuera y sueña en su cama con coños con dientes y la chica piensa en poyas con cavernas tan profundas como las simas de los océanos mientras que el tipo gordo y sudoroso baja todas las noches al mismo bar oscuro, sin gente y desteñido de rojo y de vez en cuando blanco, para beber piña colada con más ron que cualquier otra cosa. Siempre con la camarera con problemas, problemas de menores y de drogas e incluso de vejez y de facturas. Todos con problemas que el tipo gordo se quiere beber y no le dejan.

¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?

Nunca nadie lo supo. Que se va a hacer excepto lo que a uno le dejan.

martes, 17 de abril de 2007

Por una vez...mejor callar

Empiezo pensando que aquí nace otro maldito bastardo pero que en este caso el desgraciado soy yo. Empiezo pensando que todo puede haber sido un error pero que algo hay que hacer en la vida y que incluso equivocarse es mejor que quedarse quieto. Así que aquí tengo un aparato que sirve para escribir y ahora tengo un hueco donde colgar esas hojas igualito que si fueran la ropa después de salir de la lavadora. Lo primero será saber por qué escribo un blog. Esto es, obviamente, una justificacación y una declaración de intenciones.

Primero. ¿Qué hace un tipo al que no le caen bien los blogs haciendo un blog? Da igual. Este tipo ya no se cae muy bien a sí mismo. A este tipo tampoco le cae muy bien casi nada y casi nadie. Este tipo tiene un papelito blanco que le medio identifica como un medio loco, otro papelito blanco que le identifica como un gilipollas y rastros de conversaciones que le dajan a uno como un heterosexual con problemas de sexualidad. Ni siquiera tengo un documento identificativo completo, nada en lo que escudarme al completo.

Segundo. ¿Qué hace un tipo al que no le caen bien los blogs haciendo un blog? Buscar a alguien, no nos mintamos. Buscando reconocimiento o sobre todo a alguien que te reconozca y que te hable. Buscando sexo o buscando miradas que parezcan sexos. Sexos compatibles con tu sexo que puede ser de muchos tipos o de sólo uno. Espero ser siempre sincero.

Tengo una declaración de intenciones completa. Llamémoslo un decálogo, las diez cosas que encuentro a mi alrededor y en mi interior sobre las que me interesa escribir. ¿Qué voy a dejar aquí empalado para aquel que quiera mirarlo? Sexo, muerte, auto destrucción, culpabilidad, amor, rock, religión, fragilidad, locura e ignorancia. Son sólo diez términos o si queréis verlo así sólo diez palabras pero que abarcan más de lo que se puede intuir a primera vista. Algunas son obvias y otras no tanto. Es simplemente una declaración de intenciones.

Empieza el juego.


Yo, le juro que no la quería haber golpeado, no tenía la más mínima intención. También hay que comprenderlo...Maru estaba moribunda con aquel cáncer de páncreas que debía doler mil demonios y ella no paraba de hablar; me refiero a su hermana, no la mía o la de cualquier otro sino a su propia hermana. Hay que reconocer que Maru era una joya de mujer pero su hermana era insoportable aún pareciéndose tanto físicamente a ella. Yo miraba a Maru con aquellos ojos casi cerrados y respirando tan débilmente que pensaba se nos iba a ir en cualquier momento y la otra cotorreando a más no poder. No sé de que hablaba. Les puedo jurar que no śe de que coño hablaba.

Conocí a Maru por el trabajo ya que era profesora de universidad y llevábamos follando tanto tiempo que ni nos acordábamos de cuanto. Follábamos mientras estaba casada y cuando ya se había divorciado. Follábamos en cualquier parte y luego charlábamos; era, en realidad, una persona muy abierta y comprensible. Tenía una vagina prodigiosa que se movía sola hacia cualquier lado – incluso hacia adentro - y que podía follarte sin que tú te movieses...no sólo era eso; era maravillosa en la cama: cariñosa y abrasadora por fuera sin tener en cuenta que tenía un cuerpo esplendido.

Yo había hablado con ella el día anterior y parecía que estaba bien teniendo en cuenta que no le daban más de dos semanas de vida. Quedamos en que la iba a visitar al día siguiente y eso mismo hice. Me presenté con las flores y con el traje bueno, uno azul marino que me había costado un dineral, pero al llegar allí me la encontré en las últimas. Estaba drogadísima y no podía ni hablar, los ojos entrecerrados en dos laminillas muy finas y la respiración entrecortada y muy suave. Puro algodón.

Les juro que yo no quería pegarla pero miraba a Maru yéndose mientras la otra sin parar de hablar y es que yo no lo podía aguantar. Por alguna razón, puede que estuviera un poco excitado, pensé, viéndola tumbada debajo de unas sábanas que la cubrían entera menos la cabeza, tan oprimida por el blanco y el bordado azul, que necesitaba decirnos algo y su hermana no le dejaba.

La cuestión, no me extiendo más, es que me puse muy nervioso y me quedé mirando por la ventana hacia un jardín que había poco más allá de la puerta del hospital, siete plantas más abajo. Unos chavales jugaban a algo que parecía fútbol pero que de lejos era más bien una batalla campal. Yo empecé a respirar con dificultad y los puños se me pusieron muy tensos, las uñas clavándose contra las falanges de los dedos, por dentro, donde la carne es más blanca. Luego ocurrió todo muy rápido y cuando entró el doctor para hacer la revisión y la hermana se acercó a él sin dejar de parlotear insensateces y no le dejaba pasar para hacer algo por su hermana yo ya no pude controlarme más y sin darme casi cuenta cogí la cuña metálica que reposaba en la mesa auxiliar y se la empotré contra la cabeza sin mediar palabra. ¿Quién me iba a decir a mí que la daría con tanta fuerza? Todo, incluso la bata incólume del doctor, se puso perdido de orines y de sangre. El médico se quedó sin palabras. Recto y clavado al suelo como la aguja de un guarda railes. Recuerdo que, antes de darme cuenta de lo que había hecho, dije: Señor doctor, es que no sabe usted como habla. Entiéndalo. Y me encendí un cigarrillo aun sin darme cuenta de que aquello era un hospital. A veces es que a uno se le olvidan las normas mínimas de convivencia. Sobre todo cuando está nervioso.