Segundo cero.
El héroe levantó el arma y disparó contra ti sin dudar un único instante igual que si lo hubiera hecho ya un millar de veces. Por eso es él el héroe y no tú.
Así que recuerda. El brazo alzado en ángulo recto sobre el omóplato sin inclinación con el trompo central del torso más bien siguiendo una prolongación natural de él. Algo parecido a un crucificado con el carrillo de la cara pegado contra la clavícula. La pistola negra y pavonada, el cañón mirándote directamente a la frente. La mano asió la culata sin ninguna fuerza, los dedos sueltos en cascada, el corazón más tenso y prieto que el anular que a la vez era más firme que el meñique parecido al de alguien que toma el té en una nublada tarde londinense. La pistola se coge así. Nunca debe haber fuerza sino más bien equilibrio, todo depende del apoyo de la base del gatillo contra el costado superior del dedo corazón. No debes apretar la culata sino dejar que la pistola se apoye en ese dedo y luego introducir el índice sin tocar nada en la caja del gatillo; por último, para cerrar el ciclo de la muerte, acercar ese equilibrio a donde tú quieras elevando el abductor del pulgar lo suficiente para que, como en una postura de ballet, el cañón quede justo a la altura de tus ojos en linea con la mira y – por supuesto – el blanco.
Segundo coma seiscientos veintitrés.
El héroe tiene su arma negra mirando en tu dirección y ya no respiras porque en pocas décimas también dejará él de respirar pues esta ausencia de aire es necesaria para disparar. Al dejar de respirar tu ritmo cardíaco se reduce durante unos instantes pero no puede ser una ausencia de ese gesto pulmonar cuando estamos cargados de aire, primero es obligatorio expulsar muy despacio toda la carga torácica para que en el instante que todo esté vacío, que el cuerpo del tirador se haya acercado de una forma teatral a la muerte que quiere provocar – porque, ¿No es cierto que la ausencia de expiración es lo más próximo a la muerte? - se produzca esa breve espacio de tiempo en el que el pulso es débil, el brazo no falla, la musculatura se relaja y, al igual que el colibrí se posa sobre la flor, el índice - que ya había acortado la presión hasta el primer tope del gatillo – deja que se active la maquinaria.
Segundo coma novecientos treinta y cuatro.
Ya no hay héroe y tampoco estás tú. Deflagración perfecta contra un tubo de metal bronceado de aceite lubricante. Las balas no avanzan en linea recta sino que conforman una danza helicoidal, gracias a las estrías propias del cañón, a través de un aire que según las leyes de la dinámica se vuelve turbulento, el proyectil supera la velocidad del sonido y la onda generada avanza demasiado lenta para la velocidad que proyecta todo, oleadas de calor mientras el plomo de la bala se calienta y gira por el aire en una trayectoria que no es lo sufientemente errática para ti. El plomo cuando golpea cualquier objeto es demasiado blando para mantener su estructura y se abre igual que los capullos de una rosa roja. Una rosa roja para ti en tu bolsillo.
Segundo primero.
El héroe es héroe porque te mata a ti para seguir adelante, no se deja vencer y consigue disparar su arma. El nombre del héroe es el de la persona que tanto daño te hizo. Piensa en todos pues a lo mejor tienes varios nombres. Piensa en ellos. Mantenles concentrados en la punta de la lengua igual que si fueran balas. Todos tenemos esos nombres. Pero no los sueltes que cada uno conoce los suyos y con eso basta. Yo tengo los míos y son más de uno. El héroe es héroe porque se salva y no hay nada más que hacer que salvar a cualquiera para ser héroe, ergo...lógica aristotélica. Aquel es el héroe y tú el disparado. No te mientas ya que tú también tienes un arma pero no sabes usarla o no quieres, ¿Qué sería peor?
¿Tienes un arma? Algún día podrás ser héroe. Quizás lo has sido ya. Héroes.
6 comentarios:
Vaya...!! Acabo de descubrir tu página y, aún, no sé si eres un creativo muy documentado o un profesional que gusta de la literatura... Sea como sea, ha sido agradable leerte...
Besos varios...
tio me halaga que te parezca buno mi blog, a mi me ha encantado el tuyo, asi que sino te importa te voy a linkar, nos leemos
saludos
Posdata: tio no puedo creer, que te gusten boris,yo tengo el vinilo,son la hostia, y compartimos bastantes gustos musicales.
Definitivamente, uno de mis blogs favoritos
saludos tio
que putada, yo y mi hermano solemos pedir bastante, te recomiendo estos sellos y distribuidoras españolas, de calidad a buen precio: parade records y throne records
saludos
Como sabes como coger una pistola con tanta precisión??
De pequeña solía disparar con mi padre en el jardín de casa a unas botellas o latas. Cuando voy a Menorca aún lo hago de vez en cuando.Es divertido. Tengo buena puntería, me gusta tirar con arco y jugar a los dardos. El poder que te da un arma es adictivo.
Has oído hablar de una serie llamada Héroes? En Catalunya la están hechando aunque mis amigos (que son unos freaks) ya la han visto entera. Destaca por los trastornos que les provoca a personas aparentemente normales descubrir que tienen superpoderes. Te la recomiendo.
Buen texto.
BESOSOLEADOS
Lo de como sé disparar son cosas de familia...enseñanzas de mi padre. Hace tiempo me gustaba ir a disparar aire comprimido, a unos diez metros tienes que acertar a un blanco de unos 4cm. de radio. Competí un par de veces. También es verdad que he disparado de todo pero aquel arma tan grande que podía hacer tan poco daño me fascinaba...quizás un affaire fálico.
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